Hay una película americana de principios de los ´90 titulada “Far and away”. Si quisiéramos hacer una traducción literal sería algo así como “Lejos y lejos” pero suena fatal. Algo así como “Muy lejos lejos” o poniéndonos creativos “En el quinto pino”. No debería sorprender que en su traducción para los cines en España se optara por un título con más prestancia y se optara por llamarla “Un horizonte muy lejano”. Eso de traducir los títulos de películas de un idioma a otro sigue siendo, todavía, un arte en sí mismo. Sólo recordaba la escena. No tenía ni idea del reparto, ni el título… Sólo una escena que estos días que me da por escribir volvió a mi mente. Antes de ir al detalle me gustaría compartir y dejar constancia de un hábito creo que extinto que era encender la tele y ver lo que estaban poniendo. En muchas ocasiones veías una película ya empezada mientras jugabas o te quedabas dormido sin prestar mucha atención. Con todo, esta escena se quedó grabada en mi maltrecha memoria y ha vuelto por alguna razón curiosa a mí.
La escena en cuestión muestra lo que en el siglo XIX (equis-palito-equis significa siglo 19) se conocía y pasó luego a la historia como “land rush”. En su sentido literal podríamos traducirlo como “carrera de (por) la tierra”. Preguntando a mi versión gratuita de ChatGPT por una traducción al español me da opciones interesantes:
“Carrera de tierras”
“Fiebre de tierras”
“Colonización rápida”
Como toda interacción en la que uso este tipo de tecnología, hago preguntas y veo por dónde me sale, qué se inventa o qué me dice para ver cómo sigo cerniando. De las respuestas, totalmente condicionado por mi objetivo con este artículo, me llamaron mucho la atención “colonización rápida” y la parte de “fiebre”. De forma recurrente hoy día seguimos alabando la rapidez (ahora, ya, recibe hoy, tiempo real…) y la propaganda (contenido cuyo objetivo es provocar una reacción irreflexiva, a modo de “fiebre”). ¿Te suena la expresión “fiebre del oro”? Podríamos traducirla por “locura del oro” pero queda algo peor cuando romantizamos según qué hechos históricos.
Pues eso. Hay una escena en las que se presenta de forma muy épica y que sin duda logró el objetivo de quedarse conmigo en la que una masa de personas se lanza en una carrera caótica a reclamar una parcela de tierra. Gente a pie, a caballo, con carros, ¡hasta una bicicleta de la época!… De niño e incluso ya de adulto no puedes evitar rememorar otras escenas de dibujos animados (también americanos) de los que por aquí se conocía como “Autos locos” (Wacky Races, 1968). Pero la comedia aquí puede también acabar en tragedia. Todos sin excepción, la masa, con el único objetivo al que sacrifican la propia integridad física y vital de plantar una bandera que les dé derecho de propiedad sobre un espacio. De la escena no queda el recuerdo ni la pregunta de qué pasaba con todos aquellos que caían, sus lesiones, la violencia intrínseca de someter todo, hasta la vida, a un único fin. No procede hablar del contexto que hizo posible dichas carreras, pero sí que es pertinente que nos preguntemos sobre éste. Y ni por asomo se plantea al espectador la necesidad de preguntarse qué sentido le damos a la propiedad de la tierra como sociedad, el derecho a trabajarla y a quién corresponde los frutos de dicho trabajo.
Hay un pedazo de propiedad ahí. Si llegas y plantas tu bandera es tuyo. Corre. Lucha. No hay más que pensar. Esto aplica también a ámbitos no físicos. Los intangibles pueden ser apropiados y expropiados al igual que pueden serlo nuestras motivaciones. Sobre estas rémoras y memorias que vienen hoy, ya 20251, lo que sí me sigo preguntando no es sólo sobre cómo fueron los hechos en su contexto histórico no tergiversado para vender entretenimiento en grandes salas (¿qué pasó de verdad? ¿Pasó como en la peli?).
Hoy, donde la denominada no inteligente Inteligencia Artificial se extiende como otra gran fiebre, reflexiono. No ya sobre un horizonte muy lejano sino un horizonte muy cercano. Presente, imperativo e impuesto. En sentido mayoritario la sensación de urgencia en las que distintos actores, personales individuales, corporativos y organizaciones nos lanzamos a la conquista bajo la fiebre de la gran novedad, la gran solución, la gran promesa de propiedad y, en sentido general, nuestra parcela de estabilidad, renovación, consuelo, seguridad y poder.
Simplificando bastante, la “Inteligencia” Artificial funciona alimentándose (hay quien usa otros verbos como “usurpando” o “robando”) contenido ya creado. Puede resumir enciclopedias y bibliotecas con cierta gracia y luego, a base de muchas combinaciones, dar respuestas como si entendiera. En estas respuestas el humano sigue determinando qué son variaciones aceptables, qué es bueno y malo y qué alucinaciones nocivas. La creatividad sigue siendo la gran nota pendiente, más allá de sonar como si supiera de algo. Hace unos años era bastante gracioso ver manos con 6 dedos o personas con 3 brazos. Se ha mejorado en poco tiempo pero, lo que no parece tan evidente al usuario medio es que en las respuestas en texto a cualquier pregunta sigue pasando lo mismo. Ahí, por alguna razón, se insiste menos. En la maraña de combinaciones seguimos sin saber quién toma las decisiones y cuál es la ética o los valores sobre los que se articulan. Y esto, con un mínimo de pensamiento crítico ofrece no pocas preguntas, aunque algunas básicas podrían, de haber voluntad, ser compartidas:
¿Quién paga? ¿Quién se beneficia? ¿Quién sale ganando? ¿Cómo se ha desarrollado y negociado el desarrollo de la tecnología que nos ofrecen? ¿Cuál es el coste de lo gratuito? Más allá de la mitificada programación, ¿cómo se ha usado mano de obra en la cadena de montaje?
En cuanto al desarrollo tecnológico y de negocio a día de hoy no tenemos idea clara y cristalina, palpable, objetivable. Una lista detallada a estudiar sobre qué contenido se ha usado para alimentar los distintos modelos de esta tecnología. En el ámbito científico con un mínimo de rigor, cuando se comparte un descubrimiento también se detalla el estudio. La ciencia es método y se comparte de forma transparente para su crítica y valoración a la comunidad científica y el mundo. Datos, creaciones, propiedad intelectual tal vez registrada… Hay quien sí afirma que el contenido es propio y hay quien ofrece crear tecnología usando datos de una empresa o los que tengas en tu casa. Pero el detalle, las premisas… se diluyen. ¿Caja negra o caja naranja?
Corremos y seguimos haciéndolo de forma irreflexiva a por la conquista y no pensamos quién escribe la historia y quién la propaganda. La legislación y el poder que sirvieron de premisa para la “colonización rápida” en los años 1800 trabajaron en un marco limitado y, como se usa mucho de calificar hoy día, claramente sesgado.
El tempo que marca el desarrollo tecnológico es mucho más rápido que el de la normativa y la legislación. En cuanto a la colonización se tardó siglos en pedir disculpas y la normativa apenas parchea las injusticias sobre las que se actuó. ¿Y la crítica? Hay quienes, sin negar el valor positivo de la innovación, prefieren escuchar, cotejar, probar y compartir de forma afebril. Aunque no gocen de la misma atención o popularidad entre las masas.
Hoy un horizonte muy cercano nos dice que la carrera sigue dándose bajo distintas fiebres.
¿Qué queremos hacer de ella? ¿Pensamos? ¿Compartimos?
Nota y Referencias:
Land Rush es un artículo de Saturnino Borras y Jennifer Franco publicado en The Journal of Peasant Studies.
Léelo y disfrútalo y si no sabes inglés busca cómo traducirlo.
Ha sido una alegría encontrarlo mientras preparaba este artículo y un ejemplo perfecto de cómo aplicar pensamiento crítico a un tema.
Borras, S. M., & Franco, J. C. (2024). Land rush. The Journal of Peasant Studies, 1–16. https://doi.org/10.1080/03066150.2024.2317961
Además, https://www.tandfonline.com/ ofrece un buscador muy sencillo en el que puedes acceder a artículos académicos. ¡Gran descubrimiento!
Far and Away, Un horizonte muy lejano. ¡La escena!
No sé cómo, pero Chat GPT puede darte nombres de pelis de las que sólo recuerdas escenas si esas pelis fueron de difusión global. Sufre mucho más con obras de teatro o pelis pequeñas. Y aquí está la escena que he usado de excusa el día de hoy. Apenas recordaba un par de fotogramas.
Fiebre del sábado noche (1977)
Estuve muy tentado de nombrarla en esta versión del texto. Por ahora me la apunto.
Wikipedia
Muy interesante el artículo sobre Land Rush. Por lo visto lo acontecido en Oklahoma tuvo bastante repercusión.
Las imágenes del post las cogí en su entrada: Land Rush of 1889
Ya sabemos de dónde salió la bici de la escena de la película.
Sí, uso Chat GPT para cacharrear y por comprobar qué hace. Es una tecnología en la que escribes y siempre responde algo. Muy pocas veces te dice “no sé” o “pues de esto no tengo ni idea”. Puedes echarle un vistazo aquí.
Imágenes, a parte de Wikipedia, provienen de The Encyclopedia of Oklahoma History and Culture (Enciclopedia de Historia y Cultura de Oklahoma).
- 2025 es la fecha de publicación en el blog. Las ideas y borradores suelen estar conmigo meses o años. Intento dejar registro de cuando apunto una idea… pero no es un hábito consolidado ni fiable. ↩︎