Digamos que estás desayunando. Huele a café recién hecho. Una mañana espléndida y todo está más que preparado para comerte el día. Sin embargo cuando te dispones a comenzar con la comida más importante del día dándole un sorbito al zumo de naranja te das cuenta de que, en la mesa, junto al desayuno habitual hay una ración de algo inesperado: incertidumbre. Lo normal suele ser no sé… tostadas de informes sosos “más de lo mismo”, datos donde se confirma que todo funciona perfectamente… Los días buenos ves algo de estrategia pero, ¿incertidumbre?
Esa buenarollitina mañanera se ve cortada, por inesperada, con una sensación que en no pocas ocasiones acarrea malestar, ansiedad, miedo e incluso pánico.
Así descrita la escena, y por intimidante y desagradable que parezca, me gustaría compartir contigo que la incertidumbre no es sólo un intruso no deseado. Es parte del menú diario, del vaivén de las mareas en nuestra vida. Algo natural. Lo creas o no, es algo para lo que hemos evolucionado y creo que con cierto mérito hemos logrado anticiparlo, controlarlo e incluso darle la bienvenida. Lo que también pasa es que te distraes y en ocasiones lo inesperado desconcierta. Y cuando te pillan con la guardia baja… malo.
¿Seguimos con la escena mañanera del desayuno? Permíteme ahora presentarte a dos compañeras que ya están sentadas en la mesa con nosotros, no nos hemos dado cuenta de primeras, pero a medida que hemos ido rompiendo con nuestro letargo se materializan dos invitadas: estrategia y cultura. Podemos apoyarnos en la estrategia cuando las cosas se ponen difíciles, pero es la cultura, ese conjunto profundo de valores y creencias compartidos por individuos y grupos, lo que realmente nos ayuda a digerir y navegar a través de la incertidumbre. Creo que hemos leído mucho más de táctica y estrategia que de cultura en nuestro sector, así que hoy toca equilibrar un poco la balanza (!).
Valores Individuales: La Receta Personal para el Éxito
A nivel individual, lo que realmente nos sostiene son nuestros valores. En momentos de incertidumbre también. Por nombrar algunos:
- Pensamiento crítico: si toda buena dieta es una dieta diversa y equilibrada no es menos verdad que lo mismo aplica a la información. La información ha de provenir de diversas fuentes, buenos consejos, experimentos, experiencia propia. Lo acompañas de perspectiva amplia y objetivos concretos y tiras. Pensar con cabeza propia siempre viene dentro del sándwich de aprendizaje e innovación. Por favor echa un vistazo a esta publicación de Xavier Marcet titulada Trabajadores del Pensamiento (La Vanguardia, 18/02/24).
- Lo que te hace bien es bueno: identificar lo que te trae verdadera alegría y satisfacción es crucial. Personalmente, con el paso de los años creo que la felicidad tiene más de proceso, de cómo lidiamos con el día a día, que con un fin o un punto en sí mismo. La vida es dinámica pero con los axiomas adecuados, y sé de primera mano que no todo es fiesta, sí que aprendes a buscar y valorar una buena risa y el buen sentido del humor. Y así, paladeas el dulce y el amargo. ¿Te has parado alguna vez a pensar qué te hace realmente feliz más allá de los placeres superficiales? ¿Has dedicado más tiempo a pensar en cómo realizar tareas de lo cotidiano que a lo primero?
- Bondad: Nunca subestimes el poder de ser amable. Requiere coraje, disciplina, voluntad y definitivamente más energía que no serlo. Las personas no son sólo recursos o medios para satisfacer nuestros propios intereses; son momentos y en algunas ocasiones grata compañía en nuestro camino, cada quien con su propia historia y luchas. Una reflexión para otro día sería si realmente conoces el poder de concentrarte completamente en escuchar lo que recibes cuando preguntas ¿Cómo + Estás? Me alegró ver un post publicado por Giny Boer, CEO de C&A en el que la bondad forma parte de su tridente de liderazgo.
- Lo que no me aporta, lo aparto: esto lo has escuchado ya. “He tenido muchas preocupaciones en mi vida, la mayoría de las cuales nunca sucedieron” (suele atribuirse a Mark Twain).
Estrategia, valores y trabajo. Veremos qué está de nuestra mano, lo haremos lo mejor posible ocupándonos de lo que podemos hacer.
Lo demás no es más que una sangría ineficiente de energía.
Más Allá de la Individualidad: Compartiendo la Galera
Cuando vamos más allá del individuo y comenzamos a trabajar en equipo, la dinámica cambia. Se enriquece y es mucho más dinámica y divertida. Los mejores equipos no son sólo selecciones de individuos con talento y experiencia, sino grupos de personas que disfrutan genuinamente de enfrentar desafíos juntos, pasándolo bien cuando vienen buenas y menos mal cuando no lo son tanto. Aquí es donde entra en juego la cultura empresarial, cuya razón de ser no es otra que habilitar y facilitar.
¿La primera victoria contra la incertidumbre?: saber que se hará todo lo posible por llegar a buen puerto.
Peter F. Drucker decía que la cultura «se come a la estrategia en el desayuno». Esto no significa que la estrategia sea irrelevante; todo lo contrario. Significa que frente a la incertidumbre, si buena es la encumbrada y alabada estrategia, son los valores compartidos, la misión colectiva y la cultura de una organización lo que guiará su barco a través de aguas moviditas.
Abrazar la Incertidumbre: El Desayuno de los Campeones
La incertidumbre no es algo que deba temerse sino abrazarse. “Embrace” en inglés viene a ser algo así como conocer lo que viene y hacerlo nuestro de forma activa.
La incertidumbre es oportunidad para cerniar, tamizar, filtrar. A través de nuestros valores, experiencias y capacidades continuamos con la dinamo de revisión de lo que se nos presenta en lo cotidiano, nuestros objetivos, lo que somos.
Así que, mientras te sientas a desayunar, esperando lo conocido y aceptando lo novedoso (incierto) como parte de este particular menú la incertidumbre no te impide seguir avanzando, navegando, asiendo (del verbo asir), abrazando.
En el mundo del marketing digital, donde el cambio y la innovación son constantes importantes, aceptar y naturalizar la incertidumbre no es sólo beneficioso; es esencial, eficiente, óptimo. Todos estamos navegando de alguna manera por aguas impredecibles, pero con estrategia y cultura como nuestra brújula y timón, podemos no sólo sobrevivir sino prosperar.
Transformar lo desconocido en una fuente de fortaleza e inspiración decanta esencia de éxito, tanto en nuestras vidas personales como profesionales.
¿Incertidumbre para desayunar? ¡Que aproveche!