Inteligencia Asistida (IIII): Caso de Uso. ¿Estudio de caso?

Parte de mi experiencia profesional y de la que guardo un grato recuerdo, fue compartir horas con un responsable de ventas. Yo digamos que hacía todo lo posible por ayudar con automatización y marketing digital. Entre otras muchas cosas aprendí cómo era una venta desde el otro lado. También aprendí que el toque humano es la clave y que no todo vale. Es por ello que, ante una innovación propuesta, lo que mejor se puede hacer es presentar un caso de uso sólido. Conocer a quién tienes delante, entender su negocio, y proponer un análisis claro de cómo tu servicio, tu producto, les va a ayudar. Y eso se hace con datos y compromiso en fórmula de cláusula de contrato. Si no aportamos valor, no continuamos juntos.

Más allá de la venta en sí, como profesional a día de hoy, digamos que mi trabajo podríamos entenderlo como “enviar emails”. En mi área, que implica enviar emails no ya en pequeñas empresas sino en campañas en varios países de forma simultánea, la tecnología juega un papel fundamental. Un email es un correo electrónico y eso no lo mandas con sobre y sello. En la automatización de procesos y todas las distintas tareas entrelazadas creo que, siendo capaces de llevarlos a un punto de madurez eficiente, sí que podríamos tener buenos casos de uso de la no-inteligencia artificial. Está todo, aún a día de hoy, en construcción. Si voy encontrando buenos ejemplos y casos de uso tal vez los publique. ¿Sabes de alguno? ¡Comparte!

Un buen caso de uso es aquel en el que se explica de forma sencilla un ejemplo de algo. La reflexión, auditoría, crítica, creatividad… están muy bien, pero los ejemplos en los que intentamos sacar una foto y describir cómo se da una situación son muy útiles para conocer. Un caso de uso ha de poder facilitar la verdad. Digo esto porque, al igual que en otras muchas ocasiones, se nos presentan casos de uso no con el objetivo de compartir conocimiento y contrastar impresiones sino el favorecer única y exclusivamente un punto de vista interesado. Es la diferencia entre la verdad y el engaño.

Los valores son los grandes ignorados. ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Qué queremos lograr? ¿Cómo hacemos lo que hacemos? Algo se invierte en la descripción de valores en la sección de “sobre nosotros” y otras similares en las páginas web de empresas, bastante se invierte hoy en “cultura de empresa”. Muy poco se discute y se reflexiona de su significado. Y como con todo, conocer y ser consciente de éstos, aporta información que condiciona lo que hacemos. Simple. Además, si entendemos que las empresas son grupos de personas, aparece siempre, al menos, la cuestión ética. Y no me digan que una cosa no tiene que ver con la otra. Dale una pensada y hablamos.

El análisis de procesos es algo que me fascina, me motiva, me gusta, me atrae. Ser presentado ante una situación de la que no sabes nada, tabula rasa, folio en blanco… y luego entender qué es, cómo funciona, asirlo, reproducirlo… y mejorarlo. Lo descubrí de niño y no he dejado de hacerlo. Escuchar con mayúscula, poner toda tu capacidad a esa acción. Brutal. 

De forma muy sencilla, y no después de varios intentos, a día de hoy la idea de entender procesos podría resumirla en las siguientes fases:

  • Valores: esto lo repito por si no quedó claro. Sin ellos el análisis es siempre peor de lo que podría ser.
  • Definición de la situación: una tarea. ¿Qué hacemos? ¿Qué necesitamos? ¿Qué queremos aprender? ¿Cómo hacemos?
  • Estudio de sistema: qué piezas forman parte de la tarea y cómo funcionan. Quién hace qué y cómo colaboramos.
  • Estandarización: hemos de lograr que este proceso sea ejecutado de la misma forma. Esto es un análisis teórico, un ejercicio de síntesis. El reto del orden frente al caos. La simplificación de lo complejo.
  • Automatización: nos apoyamos de la tecnología a la que tenemos acceso para que las acciones repetitivas requieran cada vez menos de energía humana. El cambio entre hacer cuentas con papel y lápiz a poder hacerlo con una calculadora o en una hoja de Excel. 
  • Productización: poder llegar a ejecutar todo esto con un gesto sencillo: un click, una orden, un sistema que está a la espera de que algo pase para responder.
  • Mejora: Compartir. Preguntar. Formación. Experimentar. Crear.

El mejor caso de uso, la mejor presentación, era aquella en la que éramos capaces de explicar cómo ayudar al potencial cliente. 

Sus problemas, sus sueños… nuestras soluciones.

Ese era el verdadero quid de la cuestión.

Imagen de cabecera: Cabeza masculina de perfil con proporciones, Leonardo da Vinci. Fuente: Las proporciones de la cabeza, según da Vinci – Leonardo da Vinci – Historia Arte (HA!)