Inteligencia Asistida (VI): Inteligencia Consciente

Buscando distintas definiciones de inteligencia, entrelazada de forma recurrente al conocimiento y a la consciencia, a día de hoy y de forma razonable sigue siendo atributo humano. Tenemos brazos biónicos, artificiales, pero en este caso hablamos de “la gran” clave que es ser capaz de replicar cómo pensamos. Objetivando resultados y con cierta prudencia, podemos ver que la innovación de lo que se nos muestra es la capacidad para ganar partidas de ajedrez, videojuegos, fórmulas matemáticas, algoritmos, diagnósticos médicos…

La duda razonable ha de ser precedida por el pensamiento crítico. Y no debería ser un planteamiento en el que las incongruencias atribuidas a un ente llamado “Inteligencia Artificial” sino a nuestra incapacidad de reconocer nuestras propias incoherencias y dudas, como sujetos protagonistas frente al martillo.

No es nada agradable errar intentando clavar una tacha y reventarte un dedo. No culparíamos al martillo de habernos atacado. No dejamos de ser nosotros quienes usamos la tecnología a nuestra disposición. No me gustaría que renegáramos de nuestro papel de sujetos protagonistas para convertirnos en objetos. Podemos seguir soñando y especulando sobre la capacidad de que una máquina piense mientras hemos renunciado a pensar estando despiertos.

Al diálogo me gustaría añadir no sólo la necesidad de recuperar el pensar con cabeza propia, de forma personal y compartida, sino el ampliar las miras y no dotar de magia acciones y realidades que nos pertenecen. El método científico es una de ellas. La filosofía es otra. Y sólo son algunos de los ejemplos de los que nos hemos dotado para entender, conocer, hacer. Filosofía, Historia, Sociología, Antropología, Filología, Literatura, Arqueología, Ciencias Políticas, Ética, Teología, Comunicación, Periodismo… Las Artes… Grupo interesante este ¿eh?. A nuestra colega la Psicología la suelen encasquetar como Ciencia de la Salud y tal vez por ello sí que suele dársele más credibilidad. Pero yo soy muy de agrupar a mis amigos y aquí se queda.

Las preguntas que nos planteamos por el cambio de circunstancias, lo novedoso, pueden haber sido planteadas, resueltas…y olvidadas. Las personas, el ser humano, es exquisitamente complejo y rico. No es fácil dominarlas a todas, pero al menos conocerlas y enriquecer un poco nuestro pensamiento con ellas, algunas, no debería resultarnos tan difícil.

No hay inteligencia sin consciencia. Y esto es un atributo humano que ha de cultivarse y cuidarse. Es una capacidad humana y, como todo, si no se usa y se ejercita nos despoja de nuestra capacidad de ser sujeto libre protagonista para convertirnos en resonadores vacíos, autómatas. “Use it or lose it” dicen en inglés (úsalo o piérdelo). ¿Cuánto pensamos? ¿Cuánto cultivamos nuestra capacidad de entender? ¿Qué papel juegan hoy el diálogo, la discusión, la discrepancia…?  ¿De qué nos sirve tener testimonios dignos de ser conocidos si realmente no queremos conocer? La búsqueda de la verdad, lo bueno, positivo para nosotros y la sociedad. Fuera de dramatismos, creo que tema central y recurrente no es. Valdría la alegría (no la pena) ver qué resultados obtendríamos y compararlos.

Imagen de cabecera: La bruja de la noche visitando las brujas de Laponia, Henry Fuseli. Fuente: La bruja de la noche visitando las brujas de Laponia – Henry Fuseli – Historia Arte (HA!)